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INNOVACIÓN

Aprender o quedarse en Babilonia

¿Están las empresas listas para recibir capitales, están las familias empresarias dominicanas dispuestas a crecer más allá de su mercado actual con inversiones de patrimonio y gerencia?

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Santiago Camarena

12.03.2024

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Resulta curioso ver cómo la demografía nos arroja valor en el tiempo; para 1920 la población en República Dominicana era de aproximadamente 900,000 personas. En Santo Domingo vivía el 16% y en el Cibao algo más de 54%, era una economía muy simple, pobre, pero con nuevas carreteras y puentes que intercomunicaban el país. Para ese año, el comercio internacional movilizó unos USD105MM, de los cuales 55% eran exportaciones. Es importante resaltar que la tasa de crecimiento fue bien alta, ya que desde el 1905 el comercio se multiplicó más de 11 veces.

Cien años más tarde, el 40% vive en Gran Santo Domingo y apenas el 23% en el Gran Cibao. La población dominicana se multiplicó 11 veces, y Santo Domingo 27 veces, siendo esta demarcación la que mueve el 40% del producto interno bruto (PIB), pero se prevé que, dada las tasas de crecimiento de estas comunidades, el Cibao lo supere antes del 2030.

El norte del país como polo turístico se ha revitalizado; promesas de carreteras uniendo Santiago con la costa norte, inversiones en la frontera noroeste, lo que haría crecer el comercio marítimo además de reducir tiempos y costes. El aeropuerto del Cibao está en expansión y modernizándose. En fin, las cosas se están moviendo mientras nos distraemos con otras noticias.

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Las cosas se están moviendo mientras nos distraemos con otras noticias

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Las cosas se están moviendo mientras nos distraemos con otras noticias

Este fenómeno no es único de nuestro país y sus regiones. Las personas se están moviendo cada vez más a nivel global, buscando lugares diferentes que generen experiencias, que sean de fácil acceso para entrar y salir hacia otros destinos, que incrementen bienestar, y esto a su vez, generando productividad e innovación. Es bueno poner atención en que esta competencia de talentos, destinos y ciudades atrayendo capital está pasando entre los países, regiones y hemisferios. A esto le sumamos las disrupciones de las mismas tecnologías, robots y hábitos que nos están empujando a más cambios, de forma mucho más acelerada.

Algunos ejemplos: Los bots y Avatars con Inteligencia Artificial Generativas pronto podrían impactar toda una industria de Call Centers que hoy son piezas importantes de empleos en muchos países de bajo ingresos; el teletrabajo y las grandes ciudades donde sus costos están impactando la comunidad y los bienes raíces de oficinas; la industria de automóviles y los autos eléctricos desplazándose a otros lugares que hagan más sentido para adaptarse a sus propios cambios; la ganadería y agricultura serán afectados por plantas de fermentación precisa haciendo extensiones de terrenos a activos costosos y poco productivos.

¿Como serán nuestras ciudades en la próxima década? ¿Hacia qué área se irán especializando, o se irán diversificando? ¿Cómo lograremos atraer las inversiones extranjeras requeridas para financiar el desarrollo que buscamos?

Hoy República Dominicana recibe cerca del 4% del PIB en Inversión extranjera directa, más de cuatro billones de dólares anuales. Se estima que para 2028 el monto podría estar arriba del doble actual. Casos reales de Panamá, Costa Rica y Chile que en los últimos años han superado la barrera del 5% llegando hasta el 7%. Pero ¿Están las empresas listas para recibir capitales, están las familias empresarias dominicanas dispuestas a crecer más allá de su mercado actual con inversiones de patrimonio y gerencia?

Hace 4,000 años, Babilonia se aprestaba a ser la ciudad más rica del mundo y lo logró, pero sin la energía de la gente, eventualmente se desplazaron y pronto quedó en el olvido. El desarrollo de nuestras ciudades es un emprendimiento colectivo, que se logra aprovechando el tiempo con sabiduría, determinación y acción.

Como se dice en el libro “El Hombre Más Rico de Babilonia”, escrito hace casi un siglo atrás, de las cosas más importantes es tener la determinación de querer prosperar, pues riquezas por crear hay en abundancia, pero la voluntad de las personas, empresas y comunidades es la clave en el diseño del plan que requiere ahorro, inversión, innovación y gente.