Cuando hablamos de diversificación, hablamos de variedad. Sin entrar en juicios de si la variedad y la diversificación es “buena” o “mala”, enfoquémonos en cuál es el propósito de la diversificación y cómo esta puede ser conveniente a la hora de tomar decisiones de inversión. Teniendo claro nuestro propósito y nuestros objetivos es mucho más fácil diseñar un plan adaptado a nuestras necesidades.
En las finanzas, al igual que en otros contextos, podemos hacer planes que no impliquen posiciones “extremas” en nuestras decisiones. Y justamente la diversificación será el elemento que permita diseñar portafolios combinando distintas variables que nos acerquen a lo que queremos alcanzar.